27.4.10

Tea in the Sahara

Hoy hace un mes que volvimos. Volvimos con las emociones vividas muy dentro de nuestro corazón. Todas agolpadas, intentando salir al mismo tiempo, sin poder hacerlo. Hoy hace un mes. Hoy ya han salido casi todas.
Miro una de las fotos que tomamos. Estamos en las dunas – ¡inmensidad, suavidad, libertad! Ya ha anochecido, pero los flashes hacen que incluso en la más oscura noche se puedan iluminar las cosas más escondidas.
Se adivina esa inmensidad detrás de los protagonistas. En primer término, la bandeja y los vasos de té. La ceremonia del té siempre está presente en los hogares saharauis: ese té verde del que tienes que tomar tres vasos. “El primer té es amargo, como la vida; el segundo es dulce, como el amor; el tercero es suave, como la muerte” (Desde que tomé el primer té me ha estado rondando por la cabeza, de una manera casi obsesiva a veces, la canción de The Police (Sting) Tea in the Sahara.) Tomar el té es recibir su amistad, la amistad de toda la familia. Es compartir todo lo que ellos tienen y que no dudan en ofrecerte a pesar de que prácticamente no tienen nada.
Detrás de esa bandeja, en el foco de la foto aparecen tres personas representativas de la triste realidad de este pueblo.

La primera, en el centro, deja muy claro en su mirada que representa la dignidad, orgullo y fuerza de alguien que, a pesar de haber sido tratado tan injustamente como lo ha sido el pueblo saharaui, ha sido capaz de lograr que la vida en tan inhóspita región sea posible para todos los refugiados que anhelan poder regresar un día a su Sahara. Ella lo conoció, tuvo la oportunidad de nacer y vivir allí antes de tener que huir para, posiblemente, salvar su vida. Aunque quizás los recuerdos que tenga están difuminados porque era pequeña y hace tanto tiempo…

La segunda, a la izquierda de su hermana, es una niña. Para mí la más importante de la foto. Sus ojos reflejan el deseo de todos los saharauis: volver. Como su hermana, transmite paz y tranquilidad. Paciencia. No ha conocido su patria, pero sí otros lugares. Ha visitado España en varias ocasiones, habla español, lo estudia en el colegio. No puedes dejar de preguntarte: “¿Qué ha pasado durante todos estos años? ¿No puede
España hacer nada para paliar nuestra deuda con ellos?” Surgen un montón de respuestas, claro. Ella representa la esperanza. ¡Ojalá sus sueños se cumplan!

El tercer personaje está situado en un segundo plano. Lo malo de este personaje es que encarna una realidad descorazonadora. Se trata de un miembro del ejército. Está con todos nosotros, debajo de la jaima que hemos instalado; su función hoy es protegernos. Lo descorazonador es: ¿Cuál será su función mañana? ¿Serán capaces los organismos internacionales de solucionar este conflicto? ¿Evitarán que se llegue al enfrentamiento armado? Este soldado, al igual que la niña, no ha conocido su país. ¿Tendrá que ejercitar el lado más negativo de su profesión para recuperarlo?
Es una foto preciosa. La jaima, lo vasos de té, la tetera, las brasas, el colorido de la melfa, una niña, las dunas que se adivinan al fondo… Una tarde muy agradable. Pero los flashes enseñan más de lo que parece. ¡Ojalá los vasos de té dejen de estar llenos de arena!

JD

2 comentarios:

  1. Ojalá.

    Un saludo.
    Por aquí se os sigue con cariño.

    Ana.

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  2. Nice...
    Contraste de lógicas.

    Un beso enorme,
    Ana.

    - La desidia más la cobardía viene a ser directamente "maldad". Aquí es fácil justificar las cosas cambiando un nombre que roza por otro más suave. -

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